2008/04/05

MINAS DE RIOTINTO

PARQUE MINERO

El primero de sus características en España. El museo se encuentra ubicado en la Plaza Ernest Lluch. En el se recoge la historia de las minas de Riotinto, desde los primeros pobladores, hasta prácticamente el siglo XX. En sus salas podremos contemplar, entre otras muchas cosas, las dos estatuas romanas togadas encontradas en la explotación minera, útiles de trabajo de todas las épocas y cantidad de objetos relacionados con el mundo ferroviario. Entre es tos podemos destacar el vagón del marahah, construido para un viaje a la india de la reina Isabel II EN 1892 que finalmente fue trasladado a Riotinto para la visita del Rey Alfonso XIII. Es considerado el vagón de vía estrecha más lujoso del mundo. también encontraremos locomotoras, como la tipo N de 1930 o la tipo K de 1907. Recientemente ha sido inaugurada una recreación a escala real de una mina romana, a la que el visitante puede acceder y sentir las condiciones en las que se trabajaba en aquella época.

PEÑA DE HIERRO

Peña de hierro ofrece un paisaje impresionante al visitante y es oportunidad única de conocer una mina desde sus propias entrañas. El parque minero ofrece una visita por una galería de 200 metros de recorrido para llegar justo a nivel de un lago interior en la corta a cielo abierto de Peña de Hierro. Los colores del mineral al descubierto y la sensación de grandiosidad, atrapa al visitante de esta mina. tras la visita, un paseo por el entorno nos hará sumergirnos en un paisaje minero sin igual.

FERROCARRIL MINERO



El trayecto discurre fielmente por el margen derecho del río Tinto, hecho que constituye un atractivo más de la vista, pudiéndose apreciar las variantes que presentan el caudal y la intensidad del color (cobre e hierro). La presencia del río genera la ubicación de diversos puentes y túneles, así como determinados molinos en piedra emplazados en los márgenes del Tinto. En relación a la constante supervisión del trazado, se instalaron múltiples casetas de control, casas de palancas y diez estaciones intermedias, elementos sincronizados y en colaboración por y para el perfecto funcionamiento del tráfico ferroviario.

ARACENA - GRUTAS DE LAS MARAVILLAS

ARACENA

Aracena es un municipio situado al norte de de la provincia de Huelva. Lo más característico sin duda es su castillo de piedra actualmente iglesia dedicada a su patrona, la Virgen del Mayor Dolor. Dicho castillo está rodeado por gentiles y blancas casas características de la zona. La mayoría de sus calles se encuentran perfectamente empedradas, haciendo que Aracena siga manteniendo el encanto de pueblo rural.

GRUTAS DE LAS MARAVILLAS

La Gruta de las Maravillas está situada en la localidad española de Aracena, al noreste de la provincia de Huelva, a 89 Km de Sevilla, en el suroeste de España. Se encuentra ubicada en pleno casco urbano. La tradición popular narra que su descubridor fue un pastor, aunque la primera referencia histórica sobre su existencia data de 1886. Fue abierta al público en 1914.Se encuentra situada en la calle Pozo de la Nieve de la ciudad de Aracena.

Es una cavidad freática originada por la acción erosivo disolutiva de las aguas sobre las rocas calizas del Cerro del Castillo. La longitud total conocida de este complejo subterráneo es de 2130 metros, de los cuales 1200 son visitables. Se manifiestan en ella una serie de formaciones kársticas de extraordinaria belleza: estalactitas verticales y excéntricas, estalagmitas, coladas, cortinas listadas, aragonitos, coraloides, gours, etc. La belleza de los lagos, la amplitud de los espacios y la coloración de las variadísimas formaciones de estalactitas y estalagmitas constituyen un conjunto excepcional.

Desde el salón de entrada se desciende por una escalera y desde lo alto del acceso se contempla, en toda su belleza y magnitud la Sala de las Conchas, una breve galería conduce hasta el Salón de los Brillantes. Por una corta escalinata se desciende al Salón del Gran Lago.

Siguiendo hacia delante se puede observar el Salón de la Esmeralda, el Salón de la Cristalería de Dios y el Salón de los Desnudos.

LUGARES COLOMBINOS


Monasterio de la Rábida

Sin el descubrimiento de América, La Rábida hubiera pasado inadvertida, olvida, como tantos antiguos eremitorios, pero con su Gesta Descubridora se alzó "como símbolo solariego de naciones".

Así la leyenda ha acumulado en entorno a este sitio recuerdos y reminiscencias de las diferentes gentes y pueblos que en a remota antigüedad hubo en esta comarca. Hermosas leyendas y tradiciones contadas en estos lugares, nos trasladan hasta las épocas más fabulosas y antiguas.

Fenicios, romanos, árabes y cristianos serán los núcleos de población que la leyenda hace habitar en este lugar hasta la erección histórica de este convento-santuario hacia 1403.

Los Fenicios, cuya actividad marinera y mercantil se desarrolló mucho en esta comarca del Tinto-Odiel, establecieron aquí, un lugar consagrado al dios protector de Tiro, a quién ofrecían cruentos sacrificios de víctimas humanas y de animales. Tenían los fenicios dos apelativos para designar las formas de su divinidad: Adón, El Señor; Baalad y Rabbad, la Señora. De este último vocablo derivan algunos la voz Rábida.

Al inicio de s. II de la era cristina, bajo el Imperio de Trajano, templo en el promontorio de la Rábida es consagrado en honor a Proserpina, diosa del infierno e hija de Júpiter y Ceres, protectora de la rabia. En él, se celebraron anualmente fiestas en las que se sacrificaba una doncella tocada en suerte. Cuenta la leyenda que sobrevino sobre esta comarca una espantosa enfermedad de rabia y que la población atemorizada por ello acudió a esta diosa en súplica de auxilio. Obtenida la salud, hicieron grandes fiestas en su honor, pero habiéndose reproducido después, el pueblo lo atribuyó al enojo de Proserpina, que para aplacarla se volvió a sacrificar doncellas. De nuevo, algunos, hacen proceder del vocablo rábida, a la persona o cosa relacionada con la rabia.

La tradición romana termina para dar comienzo a la cristiana, donde se venera al Dios verdadero, dedicándolo a María, Madre de Dios.

Pero, si duda, también la tradición árabe se hizo presente en este convento. En él estuvo emplazado un morabito o fortaleza, denominada Rábhita, del cual procede la denominación más probable del actual convento.

Sin embargo, no pudo faltar dentro de la leyenda y cerca de la historia, el deseo de dar a este histórico sitio la máxima antigüedad franciscana, haciéndolo fundación del mismísimo padre San Francisco, en 1212.

Hoy por hoy, este convento se identifica con un edificio sencillo, gozosamente humilde e inconfundiblemente seráfico.

El convento actual, aunque a través de cinco siglos ha incorporado a su antiguo edificio algunas piezas nuevas, conserva en su conjunto arquitectónico la fisonomía de su traza primitiva, que data del s. XV.

Cuatro partes fundamentales forman el histórico convento:

La Iglesia-Santuario. Hermosa y recogida pieza mediaval. construida en el s. XV, que conserva todavía el encanto en su humilde arquitectura. Preside el templo una arcaica y hermosa escultura de Jesucristo crucificado en el centro del ábside de la capilla mayor. Pero en una de sus capillas, se venera a Sta. María de la Rábida, Ntra. Sra. de los Milagros.
La Fachada-Portería. Tras la puerta está el vestíbulo interior, que comunica con la sala de las pinturas murales al fresco sobre el Descubrimiento de América, obra del pintor onubense Don Daniel Vázquez Díaz (Nerva).
El Claustro de la portería u hospedería. Es una pieza del s. XV, aunque sus galerías y habitaciones superiores se construyeron en los últimos años del s. XVIII.
El Claustro de la clausura. Levantado en la primera mitad del s. XV. Por él se tiene acceso directo hacia varias habitaciones y dependencias, entre las cuales se destaca: la sala de conferencias y el antiguo refectorio.


Todo ello y mucho más, podrá ser apreciado por todo visitante que se acerque a estos lugares. En el Monasterio, podrán introducirse en esta Historia de manos de los hermanos Franciscanos, descendientes directos de aquellos que meditaron sobre tan magno proyecto.

Entre sus muros y estancias podrá percibir aún el olor a papiro de cuantos manuscritos, documentos o portafolios debieron estudiarse. Podrá imaginar las horas de ensueño y fantasía que transcurrieron mientras dormitaban, escuchar las ocultas conversaciones que pudieron darse en cada uno de sus aposentos y rincones, o las salves que oraron postrados ante el altar de Ntra. Sra. de los Milagros.

LUGARES COLOMBINOS


Muelle de las Carabelas

En el año 1994, El Muelle de Las Carabelas se levantó en el paraje de La Rábida, creando y reivincando el lugar de partida y gestación de ese primer viaje, de ese primer proyecto por el que nadie, a excepción de nuestros antepasados, apostaba.

Algún día no muy lejano, la calzadilla resucitará, y de sus cenizas nacerá un museo naval, que con toda sencillez nos dirá de su grandeza.
El enclave perfecto de Palos, situado entre las marismas y arenales de la desembocadura de los Ríos Tinto- Odiel, obligó a sus habitantes a mirar hacía el mar como único medio de asegurar su subsistencia. La vocación marinera de Palos venía gravemente favorecida por la inmejorable situación de la villa. junto al río, en un lugar donde éste tenía la suficiente anchura y profundidad como para que pudiese fondear en él un buen número de barcos, a cubierto de tempestades y vendabales, y protegido de ataques piratas por la inmediatez de la fortaleza que dominaba el canal.

A lo largo del siglo XV la navegación se convirtió en el principal quehacer de sus habitantes y en la principal fuente de riqueza para toda la villa. En aquellos años de finales del XV, las costas Atlántico-Andaluzas y sobre todo las cercanas a Portugal, eran testigo de un desarrollo técnico y científico en el arte de la navegación, que hicieron posible cruzar ese inmensidad desconocida que era la Mar Océana. Por otro lado una nueva Europa necesitaba ampliar las fronteras para sus mercados y demandaba nuevos productos. El viaje colombino era muy necesario.

Para que todo esto se llevara a cabo sólo se necesitaba las circunstancias necesarias, y éstas sólo podían darse por el azar y por caprichos del destino en las costas onubenses. Aquí se encontraban no sólo los medios adecuados, sino los hombres y marineros expertos y experimentados en las artes de navegar, convirtiéndose así, en el lugar ideal para dar forma a la aventura americana.
Si Colón llegó a Portugal cincuenta años demasiados tarde, y a Inglaterra y Francia medio siglo demasiado pronto, a las costas de Huelva llegó en el momento oportuno, dando paso tras muchas penurias y sin sabores a la mejor gesta jamás contada. Un cuarto de espacio real se abría ante los ojos del mundo, dando paso así, al "Gran Descubrimiento". Es por ello, que este enclave tan emblemático se nos identifica sin tener que retroceder en el tiempo para comprender la enorme inquietud que sin duda hubo de presidir la partida y todos sus preparativos.

Con el Muelle de las Carabelas en La Rábida se conjuga la visión de un hecho trascendental con la visita al interior de las naves, se mezcla la gestación del proyecto con la posibilidad del gran viaje.

Si el Monasterio representa el lugar donde se elaboraron las tesis y estrategias, el lugar que sirvió de cobijo a un Almirante desilusionado mientras fraguó el viaje, el Muelle nos lleva a la acción, a los días de penurias y salves, a esas vivencias que tuvieron este mismo escenario y que duraron desde un 3 de Agosto a un 12 de Octubre.

Por ello, en una dársena semicircular, a orillas del Río Tinto y a tan sólo algunos kilómetros del "Real" puerto que vió salir a sus antecesoras allá por el año 1492, se ha ubicado este edificio. El enclave, el suyo original, cuenta con un espacio complementario donde se sitúan una Sala de Exposición dedicada al siglo XV y una Sala de Audiovisual, pero además, cuenta con una amplia zona al aire libre donde se ubican las naves. Por babor, La Niña, en el centro, la capitana Santa María, y a estribor La Pinta, que conducirán al visitante a la acción de todo lo relatado.

En la Sala de Exposición, encontrarán correspondencia de Colón a los Reyes, cartas de navegación con rutas trazadas, tratados de delimitación que nos enfrentaba al País Vecino y un sinfín de documentos, mapas y portulanos que sirvieron de primer auxilio en esa primera travesía, donde guiados por instrumentos, unas veces mediante las estrellas, y otras mediante la estima, fueron finalmente capaces de lograr el reto marcado. Igualmente podremos, mediante unas secuencias y la realidad, convertirnos en un estupendo carpintero de ribera, para con sus herramientas ser capaces de reparar la nave.
A continuación, en el Audiovisual, durante veinte minutos de narración, de boca de las embarcaciones, el visitante será capaz de verse embarcado en dicho viaje, captar las calamidades y pertrechos que Colón y sus hombres tuvieron que llevar a cabo en ese largo y duro viaje, y gritar a la par de Rodrigo de Triana esa ansiada "Tierra".

A la salida, podrán dirigirse, por fin, a las naves. Del estudio se pasará a la acción, a lo vivido, al punto culmen de la visita. Será el momento de trasladarse al día de la partiada, día de lloros y despedidas de familiares y amigos, día de rezos y oraciones de todo aquél que se encontraba cerca, día de poner en marcha un proyecto por el que nadie apostaba.

Desde los pantanales de acceso a las mismas, podrán ya comprobar sus características marineras, y comparar las tecnologías actuales con la carencia de medios y conocimientos en la Época, dando fe de que tres "Cascarones Flotantes" iguales a estos, fueron no sólo capaces de atravesar el Mar Tenebroso, sino regresarlo, como hasta entonces nadie había hecho, y poder contarlo.

En el interior, mediante la ambientación realizada, la tripulación a bordo, el mobiliario empleado y el avituallamiento embarcado, se harán una idea de las condiciones en las que se realizó el viaje. Escucharán el viento topando en las barrigas de madera, las voces de unos y otros izando velas, notarán los vaivenes de la nave, las peleas y motines a bordo, sentirán el frescor de la brisa y el calorcito del fogón. Podrán, en definitiva, sentirse marineros y gritar incluso, como no, esa ansiada tierra, simulando aquel vigía que desde la Pinta lo gritara.
Éste, será un espacio abierto a la imaginación. Hoy, en el Muelle de las carabelas, los aparejos continúan en su posición departida, están como tensos por las anclas que no se levan. Los marineros, inmóviles, observan el paso de los visitantes. Los alimentos siguen en sabor y energía concentrando su pureza para el largo viaje, y el Almirante medita. Ahora, sobre la nueva ruta de sus Carabelas. Se ve prisionero de la marisma y surca un nuevo camino imaginario que lo conduce a los corazones de miles de niños que han estado en sus cubiertas, y de tantas otras personas que pudieron comprender mejor la grandeza de su hazaña.

Estos barcos, cansados ya de singladuras, son los zapatos con los que caminaron los marinos de Palos. pero quién sabe si en el ambiente sonoro de sus cubiertas, sueñan...:"¡En el nombre de Dios, larguen velas!".
Es por ello, que la Rábida, siga siendo esa puerta abierta al mundo, dispuesta recibir con la hospitalidad y generosidad que caracteriza a este pueblo a cuantas personas nos visiten.

Además, queremos mostrarle un sinfín de actividades, dando paso a los viajeros oficios artesanales que conforman el estilo de vida de nuestros pueblos hasta hace bien poco tiempo. Y lo hacemos con el propósito de mostrarlo a quienes nos visitan. La dársena del muelle volverá a llenarse de vida, tratando de emular lo que pudo ser la vida de nuestros puertos a finales del Medievo. Maestros y oficiales herreros, alfareros, cesteros, guarnicioneros, zapateros, toneleros.. recrearán antiguas formas de trabajar los elementos más sencillos de la naturaleza, involucrando a niños y mayores en el aprendizaje de tan nobles oficios.


Este espacio cuentan cafetería y tienda de souvenirs.


2. CONOCE HUELVA------GUÍAS, VISITAS GUIADAS---------- AYUDAMOS A LA ELABORACIÓN DE SUS VISITAS

Provincia de constraste
Búsqueda personalizada